En un entorno económico desafiante, donde la inflación y los costos crecientes ejercen presión sobre los márgenes de beneficio, las empresas necesitan más que nunca optimizar sus recursos y mejorar su eficiencia.
Sin embargo, los enfoques tradicionales de reducción de costos –como recortes generales o medidas aisladas– suelen ser insuficientes y pueden, incluso, perjudicar la competitividad a largo plazo. En cambio, las estrategias de eficiencia basadas en drivers de costos ofrecen un enfoque analítico y riguroso que permite identificar y abordar las causas fundamentales de los costos, maximizando así el valor de cada recurso y mejorando la rentabilidad de la empresa.
Estudios demuestran que estos esfuerzos tienen una tasa de éxito en la identificación de oportunidades de ahorro un 60% mayor que los enfoques tradicionales, y una vez implementadas las estrategias, según nuestra experiencia, se logra capturar en promedio un 75% de las eficiencias identificadas.
El primer paso en este enfoque es la identificación de los drivers de costos. Son indicadores unitarios que permiten comprender la operación de la empresa a un nivel más profundo, como por ejemplo, costos por metro cuadrado, costo por transacción o costo por unidad producida. Al llevar el análisis a un valor unitario, podemos aislar los factores que terminan escondiendo ineficiencias y obtener una visión más clara de cómo los costos se relacionan con las actividades y procesos de la empresa. Con los drivers correctos, se realiza un análisis detallado y riguroso incluyendo analizar datos históricos, comparación entre unidades productivas con benchmarking interno y la comparación con otras empresas con operaciones similares (benchmarking externo). Esto permite identificar claramente los bolsones de oportunidades y tener una cuantificación preliminar para entender las brechas.
Una vez analizados los drivers clave, el siguiente paso es desarrollar estrategias de captura de eficiencia específicas para cada uno de los bolsones de gastos identificados. No existe una solución única para todos los casos, por lo que es importante adaptar las estrategias a las particularidades de cada empresa y cada tipo de oportunidad de eficiencia. Algunas estrategias comunes incluyen la renegociación de contratos con proveedores, la búsqueda de fuentes de suministro más económicas, la implementación de tecnologías más eficientes, la optimización de procesos y la redefinición de perfiles de cargo, entre otros. La elección de la estrategia adecuada y la cantidad de oportunidades a abordar dependerá de la situación del negocio y de la capacidad de la organización para empujar estos cambios. Es importante recordar que la implementación exitosa de estas estrategias no solo depende de la identificación de oportunidades, sino también de la capacidad de la organización para ejecutarlas de manera efectiva.
Finalmente, es fundamental implementar las estrategias de eficiencia de manera efectiva y realizar un seguimiento continuo de los resultados. Esto implica establecer indicadores clave de desempeño (KPIs) para medir el impacto de las estrategias, identificar posibles desviaciones y realizar ajustes según sea necesario. El seguimiento riguroso y la mejora continua son esenciales para garantizar la sostenibilidad de los resultados a largo plazo.
En nuestra experiencia, también es clave entender cómo está trabajando la organización para decantar de manera precisa qué está condicionando la pérdida de eficiencia y productividad. Las organizaciones buscan la manera de hacer las cosas bajo las condiciones que tienen, por lo que también es relevante entender los procesos que existen en la compañía y la tecnología disponible para soportar la operación. Es importante incluir todos estos ajustes en el plan, o es probable que las ineficiencias, después de un tiempo, vuelvan a aparecer.
En Summa, hemos ayudado a numerosas empresas a implementar estrategias de eficiencia basadas en drivers de costos con resultados significativos. Por ejemplo, trabajamos con una empresa del sector industrial que enfrentaba márgenes de beneficio decrecientes. A través de un análisis detallado y riguroso de sus drivers de costos, identificamos oportunidades de ahorro significativas en áreas como la gestión de inventario, la logística y el consumo de energía. Al implementar estrategias de optimización específicas para cada driver, logramos una reducción del 25% en los costos totales de la empresa, lo que se tradujo en un aumento significativo de su rentabilidad.
Las estrategias de eficiencia basadas en drivers de costos son una herramienta poderosa para mejorar la rentabilidad y la competitividad de las empresas, especialmente en tiempos de incertidumbre económica. Al adoptar un enfoque estratégico, analítico y riguroso, las empresas pueden identificar y optimizar los factores clave que impulsan sus costos, maximizando así el valor de cada recurso y asegurando su sostenibilidad a largo plazo. En Summa, estamos comprometidos a ayudar a nuestros clientes a alcanzar la excelencia operativa y a superar los desafíos económicos a través de estrategias de eficiencia innovadoras y efectivas.
Sobre el autor
Ricardo Sonneborn es Socio en SummaPartners y cuenta con más de 20 años de experiencia en consultoría estratégica y finanzas corporativas.